El mundo está cambiando, Cuba está cambiando, la gente a nuestro alrededor está cambiando, ¿Y nosotros, seremos capaces de cambiar? Nos hemos acomodado mucho a la pasividad, a disfrutar todo lo que podamos y cuantas veces queramos; tanto que el disfrute o goce ha dejado de serlo y ya no sabemos que nos queda por disfrutar o cual es la nueva escala del disfrute. Recuerdo entonces el placer que siempre sentía cuando disfrutaba alguna golosina descubierta en el mercado y me la compraba los fines de semana, cuidando de obtener suficientes para los demás días de la semana. Olvidaba que con eso estaba destruyendo la primera condición del placer: el consumo diario de algo especial deja de ser placer y se convierte en rutina; entonces ya no es placer y se convierte en algo cotidiano, normal.
Pues bien, yo les puede decir lo que viene ahora o cual es el disfrute verdadero que puede valer actualmente para nosotros. El verdadero goce radica en crear o hacer algo para que los demás lo disfruten. Claro, no todo lo que podamos escribir o hacer sea quizás digno del disfrute, pero de seguro será algo nuevo. También hay un disfrute sutil que no podríamos confirmar mientras no hagamos algo desinteresado por los demás; es el disfrute que se siente cuando se hace algo para que los demás lo gocen. Así de sencillo es todo.
Y ahora viene: Escribamos cosas interesantes para nosotros, algo que podamos compartir aquí entre nosotros. Estamos desperdigados por el mundo, pero no estamos aislados o incomunicados. Los medios a nuestro alcance nos permiten compartir o comunicarnos cosas interesantes. Basta llamar la atención sobre algo descubierto en la internet, un suceso interesante que se experimenta a nuestro alrededor, etc., y que nos deje disfrutar por un momento algo especial de alguien que conocemos personal o virtualmente a través de nuestro blog. Yo pienso que vale la pena. Al fin y al cabo no hacerlo es un derroche. Creo entonces que vale la pena hacer aquí unas reflexiones profundas.
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