Pensativo y reflexivo sobre la afirmación que le hice hoy a una compañera: “Pienso que no se deber ser un cuadrado, hay que ser más flexible…”. Y viendo que ella me miraba con cara atónita, como si viera en ese momento el cuadrado reflejado en mi cara, me puse a reflexionar sobre mi afirmación.El caso empezó porque a la hora de la cena, hoy en la residencia grande en donde estaré hasta las 20 horas de la noche, yo le pedí que me regalara un platanito de la despensa. Los cubanos no podemos comer arroz y carne sin compartirlo con un platanito o un avocado; cosa que ellos ven como una perversidad culinaria o gastronómica de los cubanos. Ella me dijo que me lo daba y a la vez sentía temor, pues está prohibido darles comestibles a los trabajadores que no pagan el impuesto de 15,- euros al mes por conceptos de merienda.
Este caso me sorprende porque viene de alguien que no me parecía tan rígido en las decisiones. Me dijo a la vez que sentía cierto temor a que fuera reprendida o quizás pudiera hasta perder el puesto de trabajo por no cumplir con una orden estricta del jefe. No pude más que expresarle mi opinión y decirle a la vez que siempre he opuesto a las gentes cuadrá e inflexibles, y que esas mismas personas casi siempre son las que más malversan y derrochan recurso. Tengo más responsabilidades que ella y sé cuando se exagera o no. Además, lo del platanito era una excepción y no algo que se repite diariamente.
Bueno aquí pongo la foto para que vean mi expresión facial y para que me digan vuestra opinión.
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