Por la tarde nos fuimos de compras al Careffour, supermercado grandísimo donde hay de todo. A la salida nos fuimos a la gasolinera donde trabaja Belkis, la hermana de Manoli. Fue un encuentro de más de 25 años. Habíamos cambiado toda una vida y las palabras no cabían en tan poco espacio de tiempo. Nos conformamos a saludarnos alegremente y a mira las huellas del tiempo, en donde nosotros éramos como negativos de fotos.
La visita grande y extensa fue en casa de los padres de Manoli. ¡Pasamos un momento muy hermoso! Las palabras no podían transportar tantas emociones. Ha sido un reencuentro cubano en Europa. Antonio y Mari se me antojaron jóvenes, Juani también. Fue como si luchara por rebobinar el tiempo, pero este se me escapa de mi dominio. Me sentí muy cerca de Cuba, de compatriotas, de aquellos años interrumpidos de juventud, cuando me fui a la RDA. Pasamos una velada muy amistosa y Antonio no dejaba de atendernos y ofrecernos tapas, bebidas y nos contabas muchas cosas. Me asombraba mucho tener a una persona tan joven delante de mí a pesar de sus 69 años vividos. Después salió Juani, había dormido y tenía su turno de la noche en su trabajo. Conversamos como verdaderos compatriotas. De nuevo las emociones me dominaron. Así pasaron horas y horas y hasta olvidé muchas veces a mi Romy, ella seguía sentada a mi lado muy disciplinada. Sabía lo mucho que significaba el reencuentro para mí.
Al final nos hicimos unas fotos conjuntas. No sabemos cuándo volveremos a vernos. Esperamos que esta vez el tiempo no transcurra incontrolable y que todos sigamos con salud y bienestar. Este reencuentro de hoy ha sido uno, para no decir el más importate, de mi vida lejos de Cuba, de mi querida Cuba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario