| De 2010-05-23 Kadenbach |
Haciendo el clic en "De 2010-05-23 Kadenbach" se puede ir al álbum
Siempre lo he dicho y lo mantengo, Kadenbach es el paraíso. Pero este edén lo es en parte, y con el avance de la edad, solamente en la primavera. Sentado en la terraza respiro el aire puro de la montaña, la clorofila de las yerbas fermentarse en el césped cortado, el aroma de la madera reducida a leña, y lo más percibido con todos los sentidos, el aroma inconfundible de las flores primaverales. Y cuando decía en “parte” era porque me refería a la añoranza de la patria, mis familiares, mi gente, mis amigos. Sin ellos nada es perfecto, porque compartir las cosas bellas le da también sentido a la vida.
Y como si todo esto no fuese suficiente, sin que nadie piense que quiero llamar la atención de modo especial exagerando en algún detalle, tuve la suerte de conocer a alguien especial en el camino. Cada vez que yo he pasado por la capilla de Kadenbach, allá arriba en la falda de la montaña y el bosque, en el banco frente al valle de Kadenbach, he visto a un hombre sentado mirando concentradamente al horizonte. Hoy me sentí con atrevimiento de preguntarle los motivos, su nombre, sus pensamientos, algo que establezca la comunicación entre nosotros. Primero me acerqué con la cámara haciendo fotos de la valla con los 900 años de Kadenbach, la capilla y la naturaleza. Por si las moscas, lo capté al borde de una foto, al lado derecho de la valla.
Puesta del sol y yo
Persona singular de pensamientos naturales, muy cerca al medio que nos rodeaba, y con la serenidad de la apacible naturaleza que nos rodeaba, me contestó que le llamara como yo quisiera como respuesta a mi pregunta por su nombre. Me asusté pensando que trataba a un loco, pero la suerte quiso que reflexionara y fuera más cuidadoso. Gracias a Dios la experiencia de mi edad me permitió meditar y sopesar mis palabras en lo adelante. Lo llamé por el nombre de Puesta del sol, porque así le conocí de verlo siempre en el mismo banco observar las puestas del sol. Tuvimos un diálogo muy interesante sobre el sentido de la vida, la insignificancia del ser humano en el universo, las relaciones humanas, el aceleramiento de la vida moderna, los aromas, los gustos, y sobre muchas cosas interesantes de la vida. Hubo momentos en que pensé dejarlo tranquilo, no estorbarle su ritual frente al sol poniente, pero él nunca me dio señales de que yo estorbaba. Pienso que me aceptó, me toleró, tuvo paciencia conmigo.
Ahora, eso sí, cada pregunta mía era contesta de una forma muy peculiar. A mi pregunta: ¿Dónde trabaja? Me responde que puede ser ingeniero, médico, camarero, portero, que nada de eso viene al caso. Él pudiera hacer muchas cosas. Bueno, no seguí preguntando, más me interesó su visión de la vida, el mundo, su posición antes las eventualidades. Creo que la media hora que estuve conversando con él – Puesta del sol llevaba ya 4 horas observando la naturaleza, una hora por la mañana al otro lado del valle, desde su casa, después paseando por los alrededores, y ahora de este lado del valle, en Kadenbach. Creo que en ese tiempo me sentí bien, recibí respuesta a muchas inquietudes mías y percibí que cada palabra suya era precisa y profundamente pensada. Me ha ayudado más que como pudiera hacerlo cualquier psicólogo profesional.
No quiso que nos retratáramos, eso no era de importancia para él. Me dio su explicación y la acepté; también la respeté. Quizás más adelante pudiéramos hacernos una foto conjunta. Me despedí contento, ahora iba yo más relajado, había conocido a una persona especial. Eso no pasa todos los días. Me digo lo mismo que le dije un día a Mano: “O estás loco o eres un genio”. Pero como yo también estoy medio ido de rosca, pues no tengo derecho a sentenciar sobre las personas.
Aquí van pues las fotos de Kadenbach. Esta vez el álbum puede demorarse, pues las fotos van en tamaño original para que la puedan abrir a 100% y ver la belleza de la primavera en Kadenbach. Me darán la razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario