A veces pienso que mi hermano Pepe es conocido hasta en La Habana. En Camagüey no queda nadie que no lo conozca, lo mismo para bien que para mal. Digo esto último porque mi hermano era capaz de quitarse una camisa para regalártela, pero a la vez podía ser que te escamoteara una novia. Mi hermano fue de todo, menos santo.
Según las noticias que me llegan frecuentemente de Cuba, mi hermano se dedica últimamente a leer la biblia y trata de cumplir muchas cosas del libro sagrado. Eso es algo que yo también hubiese podido predecir. No me extraña. Quienes se alejan mucho de Dios, casi siempre es para regresar con una fuerza gravitacional mucho más fuerte que aquellos que siempre se sintieron cerca. Y no es que mi hermano hubiese estado alguna vez cerca de Dios, es que mi hermano era tan pícaro, tan pecaminoso y tan bullero, que de él se podía esperar muchas cosas, menos eso de empecinarse en la monotonía de una biblia y creer en el pecado como tal.
Mi hermano Pepe fue desde chiquito siempre muy sociable. Se relacionaba con todos los choferes de las rutas que pasaban frente a casa. Lo mismo en nuestro primer reparto Las Mercedes que en Previsora. Mi hermano los paraba frente a casa, les daba agua fría y café calientito. Al poco tiempo los choferes lo recogían fuera de las paradas, mi hermano las parabas para montar a otras personas y de vez en cuando manejaba hasta las guaguas. ¿Dónde lo hacía? No sé, pero lo hacía. Por eso pensamos siempre que mi hermano terminaría de chofer. Cosa que no se cumplió. Eso, terminó de taxista.
Hay muchas historias más y se me decidiera a contarlas no me alcanzarían las páginas ni el tiempo. Cuando yo era chiquito la gente me preguntaba si de verdad yo era el hermano de Tony, El Taranto. Después de grande la gente me empezó a señalarme como hermano de Pepe. No era por nada malo, pero Pepe ya era referencia en nuestra familia. Pepe dejó atrás a todo el mundo en casa.
Después de estas leyendas, y tomándolas como referencia, quiero felicitar a mi hermano Pepe por sus cumpleaños 51, hoy 26 de noviembre. No se asusten cuando lo vean en la foto. Solamente verán la carrocería de mi hermano. Después de tantos años de guerrear y chulear la vida, que también es trabajar mucho y duramente, no me extraña que mi hermano haya recibido algunas abolladuras. Sin embargo, mis hijos me cuentan que mi hermano reacciona y se mueve como una persona joven.
Mi hermano, te deseo mucha salud, felicidad y todos tus sueños cumplidos. Espero que en no mucho tiempo pueda festejar algún cumpleaños tuyo conjuntamente contigo.

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