Los mohicanos comíamos de todo sin preocuparnos tanto por la salud, el porte y aspecto y lo que dirían de nosotros. Claro, éramos jóvenes y muy apuestos, una cualidad imprescindible para ser miembro de la tribu. Nuestra jama preferida era el arroz blanco desgranado, la carne de puerco asada, pero con muchos gordos y grasa, tostones de plátano verde, yuca, etc.
Con el tiempo fuimos perdiendo el brío y las líneas. Cada día notábamos más curvas y más grasa en nosotros que en las carnes y muchos nos fuimos enfermando. Así nuestra estirpe fue desapareciendo y se registró en peligro de extinción.
Pero aquí está el último de los Mohicanos, renuente a ceder, conservador de las costumbres y las tradiciones. No faltaba más, había que adaptarse a las nuevas condiciones y asimilar otras culturas. Así se le agrega el refresco de Coca Cola a nuestras comidas. El último mohicano es una pieza de museo, pero algo de seductor debe tener. No se pierdan entonces estas tres fotos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario