Hoy por la mañana entonces el hecho consumado. El manto blanco se había apoderado de Kadenbach y dominaba todo el paisaje. Ni el cielo se puede ver, como si el fino manto que nos asaltó por la noche fuera solamente el preludio de algo grande que se avecina. Pero esta vez no me cogerá desprevenido. Ya hemos tomado precauciones suficientes y las cuatro más importantes están cumplidas:
- Me compré un buen abrigo de invierno y bufanda
- Tenemos suficiente leña en el cobertizo
- Tenemos un coche nuevo con gomas de invierno nuevas
- Compramos un saco de sal deshielo de 25 kg
Todo esto a la par de que hay que alimentarse y llevar siempre la bufanda, las medicinas de invierno que no pueden faltar, las cremas, los polvos de limonadas calientes, los caramelos para la garganta, las almohadillas eléctricas por si las moscas, etc. No importa que el que lea esto se piense que está leyendo las crónicas de un viejito de 80 años. Nada, son las tribulaciones de un cubano en la nieve.
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