Se dice en la leyenda que el último mohicano se alimentaba de esta sopa tan sabrosa. Sobrevivió al frío y al calor por los ingredientes que la componían. Es una sopa de crema que se adapta a todas las latitudes y revive hasta los moribundos. Si por casualidad eres uno de los pocos mohicanos que habitamos el planeta tierra, te aconsejo leas detenidamente la receta. Aquí va:
- Una calabaza okaido entera (estas calabazas son del tamaño de una toronja grande)
- Dos o tres zanahorias, según el tamaño.
- Cuatro papas medianas
- Una cebolla y media grande
- 20 trocitos pequeños de jamón ibérico (otro jamón vale también)
- Perejil
- Sal
Cocinas la calabaza unos 12 ó 15 minutos en una olla aparte. Así haces con la zanahoria. La papa la puedes cocinar con la cebolla entera y un ajo entero. Mientras tanto haces un sofrito de jamón con cebolla a fuego lento y sólo al final le agregas un diente de ajo picado bien finito como papel y le baja todavía más el fuego, casi imperceptible. El ajo sólo debe soltar su sustancia poco a poco. En la olla que cocinaste la calabaza okaido le dejas un poco de agua, escurres la zanahoria y se la echas, así también con la papa y cebolla con el diente de ajo cocidos. Le echas poca sal y lo la mezcladora hasta que quede una crema. Le echas el perejil bien picadito, el sofrito y lo vas probando. Recuerda que no todos los mohicanos tenemos el mismo desarrollo de glándulas gustativas. A unos nos gustan las cosas fuertes y a otros las más insípidas, depende de la edad. Haces esto para que los demás se adicionen sal al gusto, así como perejil.
Si ya has hecho la sopa de crema de calabaza y no te gusta, te aconsejo entonces que pases un curso para mohicanos. Es fácil de aprender pues se come todo lo que no es saludable. Claro, excepto la sopa esta, porque fue la que salvó al último mohicano.
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