miércoles, 20 de abril de 2011

Excursión al Sporkenburg

Al cabo de una hora y 25 minutos hicimos nuestra primera pausa en un banco en medio del bosque. Era nuestro tercer día de vacaciones de Semana Santa y habíamos partido de casa a las 11:00 de la mañana en dirección a la aldea de Eitelborn. Hacía muchos años que no cogíamos este camino que primero atraviesa la carretera principal y después, a unos 50 metros, se interna en el bosque, pero que no va directo en la dirección deseada; si no que hace varios zigzags, todo debido a las delimitaciones de los terrenos de sus nuevos propietarios. Hasta el puentecito que cruzaba que cruza el riachuelo, que es para nosotros también la frontera entre las aldeas, también lo habían cambiado completamente. Creo que la última vez que pasamos por aquí fue hace unos 7 u 8 años.

Cuando nos sentamos en el banco del bosque, todavía no sabíamos que andábamos perdidos. Algo me daba el pálpito que así era. Unos 500 metros atrás Romy y yo habíamos discutido por cuál de los tres caminos coger en que se trifurcaba el claro al que llegamos después 5 kilómetros. Después supimos que yo tenía razón y que siendo el más viejo de los dos, todavía recordaba el camino que nos llevaría hasta el castillo de Sporken. Romy se confundió porque veía que camino bajaba. Ella partía de la lógica de que un castillo, por lógica estratégica, siempre se encuentra en la loma más alta. Pero mi esposa olvidaba que el camino a seguir bajaba solamente unos 250 metros, para después empinarse hasta el castillo.

Sentados todavía, en el banco de los extraviados, ella me había dicho que Gitte y Björn tenían hoy aniversario de bodas. Gitte es la prima de ella. Pero también me había dicho algo, aunque muy bajito para que nadie lo oyera, que hoy también era el cumpleaños del antiguo dictador alemán. No quiero mencionar el nombre. Por eso nos asustamos cuando ya muy cerca del castillo sentimos a jóvenes que vociferaban. Nos miramos y cada uno adivinó lo que el otro pensaba en ese instante: “Los neonazis estaban dentro de las ruinas del Sporkenburg y festejaban tan aciaga fecha”. Después sentimos un alivio muy grande al ver pasar por al lado a varios jóvenes en bicicletas todo terreno y oírlos vociferar y llamarse a cortas distancias.

Las ruinas del Sporkenburg se mantienen. Está en medio de un bosque tupido, pero parece que alguien cuida de que la vegetación no se apodere de las ruinas. Fue una ocasión para recordar mis aventuras de unos años atrás, cuando yo todavía era muy arrojadizo y pasé por un borde del muro, tan ancho como las plantas de mi pie, hasta llegar a un cueva dentro del muro. La  altura hoy me parece mucho más inmensa que antes, pero que bueno entonces que no pasó nada. Abajo la gente gritaba para que yo desistiera de mi aventura, pero yo no hacía caso. Éramos tres parejas con nuestros hijos y habíamos ido allí a hacer picnic por el primero de  mayo de un año a principios del 2000.

Hicimos varias fotos y enseguida emprendimos el camino de regreso. Seguíamos todavía pensando en la fecha aciaga y que tarde o temprano nuestras premoniciones podrían hacerse realidad. Así que regresamos por el mismo camino, aunque esta vez nos desviamos intencionalmente en dirección a la aldea de Arzbach porque allí hay un Biergarten muy conocida y se puede almorzar y disfrutar mucho en el jardín. Además, ya llevábamos 7 km de recorrido y el regreso por el mismo camino serían 14 al final, algo muy abrupto si se tiene en cuenta que por el medio hay varias montañas. Hasta Arzbach serían entonces solamente tres kilómetros y la recompensa de almorzar en el restaurante era un buen incentivo. Lástima que al llegar nos topamos con el cartelito que decía que abrían a las cuatro de la tarde.

Espero que este pasaje de mi diario de viaje le guste a todos, así como el álbum de foto que acabo de insertar y que tiene más de 40 fotos. Por eso digo que no tengo nada en contra de cualquier feedback.

Observ.: Al principio hay un caballo  alegre. Creo que fue porque vio a Romy. Regresen al principio del álbum y obsérvenlo, me darán la razón.

1 comentario:

  1. Le acabo de agregar 10 fotos más que encontré en la Internet y que me parecieron muy profesional. Son del año 2009 y parece que la poca vegetación del momento permiten hacer esas fotos a buena distancia y así captar el castillo en toda su dimensión.

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