Una advertencia a los más entretenidos: Creo que he tomado más de dos copas de vino y por lo tanto estoy aún bajo los efectos de buen vino blanco que acompañó la parrillada. Es conocido que el vino, además de vulnerar el racionamiento, alimenta y sostiene el cuerpo. No obstante, y aunque en el letrerito de entrada a Winningen haya leído que el vino es la única bebida que vivifica o enaltece los sentimientos (déjame ir allá a ver si estaba escrito así; también mi traducción – ya veo, allí “aviva los sentidos”, no importa, seguimos.), puede que mi estado de ligera embriaguez me haga caer en un desliz. Ahora creo que embriaguez es una exageración y que lo escribo intencionalmente para evitar el popular “estar en nota”.
¿Por dónde iba? Creo que por el vino. Pues bien, aquí voy a adjuntar ahora algunas fotos más que acabo de hacer durante la parrillada. No, creo que las pondré aparte, con este escrito.
Ahora mismo se le ocurre a Romy, después que el suegro vuelve a llenar las copas, ahora con vino rojo de una botella extra grande, de un Spätburgunder, también alemán, hacerme la foto con la copa en alto. Cuando entren al álbum lo verán. Siento que mis primos en Cuba no podrán ver la foto. Mentira, corrijo, la reduciré y se las pasaré. Lo importante es que se me olvide.
Hace un ratico que entré al box de mi correo y vi que Reyna en Chilangolandia y Mary en La Habana habían escrito. No quise leerlo, estoy un poco lelo. No sé si esta palabra pegue, quise decir otra cosa; pero ustedes me entienden. Es lo importante, además de que el cariño y el amor lo hacen posible todo. Sigamos. ¿Por dónde iba? Le hice también la pregunta a mi familia, en alemán por cierto, y se rieron a carcajadas, saben que estoy envalentonado y que mi exaltación me hace tropezar con las palabras, dar cierto traspiés con la lengua, una y otra vez, cosa que me ocurre a menudo y que se acentúa bajo las circunstancias actuales. Me refiero a mi estado delirantemente etílico.
Me disculpan, he perdido un poco el hilo de la idea. No sé ahora mismo si esto también se pueda decir en español, en alemán se dice “perder el sendero”; pero creo que en español es el hilo. Sigamos, como podamos, sin tener que apoyarme a los postes de la luz. Ustedes no me lo creerán, estamos sentados en la terraza, sin abrigos y no sentimos frío alguno. Es algo raro en Alemania. Pienso que tenemos 25 grados celsio de temperatura. Creo que esto también me pone nostálgico y quisiera ahora mismo estar con mi gente, con ustedes todos, y abrazarlos y besarlos y contarles que soy bueno y como bueno moriré de cara al sol. No importa que en Alemania el sol sea una rareza. Haré como los musulmanes cuando empiezan a rezar y hacer sus ademanes arrodillados en dirección al meca o a la meca. Ellos saben en qué dirección está y yo sé todavía si es de noche o de día y para donde está el este o el oeste. Eso sí, desde que pasó lo que pasó en Japón, sé muy bien donde está el oeste y que allí se levanta el sol. Bueno, es un punto de referencia para cuando se está en estado indultado de bebida.
Hoy me costó levantarme. Romy vino a despertarme con la nueva de que todo el mundo estaba abajo esperando por mí para empezar el desayuno. Recuérdese que es el desayuno del Viernes Santo y el más santo de la casa no puede faltar. Pienso que será porque yo le doy ese aspecto sagrado a los momentos. Pues bien, cuando Romy me despertó, con su dulce carita y una sonrisa sensual en su rostro, yo sentí deseos de meterle una bofetada. Después, cuando me lavé la cara con agua fría, no pude comprender por qué o cómo yo dejé que semejante pensamiento me pasara por el celebro, pero sobre todo por el corazón. Pero en estado alfa de sueño cualquier cosa puede ser verdadera, pues dicen que en ese estado uno está offline, que se ha despedido del mundo. La ventana estaba abierta y afuera el ruido era insoportable, la claridad no dejaba dormir a nadie, sólo a Raúl.
Sentado ya en la tasa del servicio empecé a maldecir al malhechor de mi estado, a la persona que había provocado mi destino soñoliento. No tuve que meditarlo mucho, pensé enseguida en la conversación teléfonica (no importa que haya puesto el acento en la “e” en vez de en la “o”, pero no voy a virar para atrás) que sostuve con la chilanga y de como ella siempre repetía, una y otra vez, hasta el cansancio: “…que no las puedo ver…”. Ella se refería a las fotos. Me fui a la cama con los ojos encendidos, parecía un cocuyo. Mi prima era la culpable, mejor dicho su vieja laptop, pues hoy por la mañana la comprobación: en la compu de Lean se pueden ver la fotos. Pero eso lo deduje anoche. En estado de embriaguez me da por poner “deducí”. No obstante, no me dejé seducir.
Y por si las moscas, creo que voy a hacer una pausita, ya veo que el vino rojo está poniéndome la nariz algo entumida. No sé si se dice así, no siento la nariz y le pregunte a Romy y me dijo que la tenía roja como un payaso…continuará…no sé todavía cuando…pero es seguro.

No hay comentarios:
Publicar un comentario