jueves, 17 de febrero de 2011

La voz de la experiencia

Qué tal la familia. ¿Todo el mundo trabajando? Eso no es malo, pero recuerden algo importante, este día se va y no volverá nunca más. ¿Han pensado en eso? Es algo muy importante. Se dice también que los días perdidos son aquellos carentes de vivencias intensivas. Eso pasa cuando no hay un suceso positivo que se ha anclado en la consciencia y después en el recuerdo. Parece que la supervivencia nos ha dotado de un mecanismo tan ambiguo como lo es la rutina. Nos hace más capaces pero nos vende la  comodidad a un precio demasiado alto. No se dejen atrapar por la rutina. El automatismo es inconsciencia, irreflexión, que nos estanca el desarrollo espiritual.

Yo propondría al día 15 minutos de rebelión contra la rutina. En realidad es muy poco, pero para empezar nada mal. Lo podríamos chequear fácilmente: cogemos 5 para relajarnos y 10 para escribir en Rincón familiar. Así tendríamos control y práctica. Después, cuando seamos expertos, podríamos aumentar a 25 minutos. Así nosotros avanzamos y los mensajes aumentarían en calidad y contenido. ¿Qué os parece? Lo dejo a la consideración. El efecto es doble: los que escriben se salen de la rutina y los que leen también.

Espero haber hecho algo por liberarlos de las redes de la rutina, la vendedora de comodidad. Sería hasta preferible coger un crédito de liberación e irlo pagando por día, a 5 minutos de escritura. Así podríamos ahorrarnos 35 minutos a la semana y pagar mejor y más fácil las deudas de comodidad. Creo que la idea no es mala. Ya me dirán. Los quiero, rutinarios sabuesos.

rutina

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