martes, 5 de julio de 2011

El próximo instante

contacto

Has pensado en eso, en que cada instante de tu vida guarda una sorpresa. Hoy, ahora, en este mismo momento todo marcha a las mil maravillas. De pronto pasa algo y todo cambia; a veces para siempre, otras por un tiempo determinado. Muy pocos se dan cuenta de eso, que la vida no es eterna, que todo es transitorio. Vivimos reprimiendo nuestro final, no lo enfrentamos, no tomamos consciencia del asunto. Hasta un buen día, una carta que yace desde la mañana en el buzón, una llamada telefónica, una noticia en el periódico, un dolor en la espalda. Casi siempre es un acontecimiento pasajero. Y cuando es otro el afectado, si acaso nos preguntamos: ¿Y nosotros qué? Eso sólo solemos hacer cuando de alguna ganancia se trata; mientras a lo negativo le rehuimos.

¿Cuánto dura una vida? Una vida puede durar cien años, pero también puede durar un segundo, un soplo. Ya en medio de la misma, a penas tomamos consciencia de nuestra dicha, del regalo que recibimos una vez, este momento de vivir aquí, ahora, en un determinado tiempo de la existencia del universo. Cuando a ese momento se le unen otras vidas, otros seres dichosos también del regalo recibido, entonces la vida toma forma, toma contenido. Desde el primer momento que interactuamos, con un saludo, un gesto, una palabra, la vida se va enriqueciendo. Sabemos que somos mortales, pero lo que importa es el momento y de lo que hacemos del mismo.

Entonces, no te quedes allí quieto, toma tu teclado, tu cámara, tu creatividad y asómate a la ventana, a la ventana de la vida. Afuera somos muchos pasajeros de la vida que buscamos el saludo, la cálida palabra de tus labios, un gesto aprobatorio, una sonrisa cordial. Te sorprenderás, no te hemos olvidado. Es más, pasamos intencionalmente por aquí para ver si te veíamos. Tú también eres importante para nosotros, no lo olvides. Vaya pues aquí mi beso familiar, mi abrazo sincero, mi saludo seguro. Tu familiar Raúl de Alemania.

No hay comentarios:

Publicar un comentario