Ayer regresó Oliver de Cuba. De los 14 días, 10 se los pasó en La Habana, en Guanabo, en casa de la tía de la novia. Un buen día Ella, Mirian, y Oliver cogieron la guagua y se fueron a Guanabacoa a visitar a nuestros tíos y primo. Dice Oliver que durante el camino la guagua se fue llenando y que mientras más llena más gente iba montando. Los últimos se quedaban arreguindados de la parta de afuera de la guagua. Después de un recorrido de 18 km y una hora de viaje, por fin llegaron a Guanabacoa. Ahora había que buscar la calle Llerena.
La gente de Guanabacoa conocen el reparto La Hata, pero lo que es la calle Llerena, esa nadie sabe dónde está. Entonces Olli me cuenta que los cubanos le decía: “Mira, coge por esa calle y cuando llegues arriba, dobla a la derecha, etc.”. Cuando llegaban al lugar, entonces otros cubanos le decía: “No, mira, ustedes se equivocaron, ahora tienen que bajar…”. Así todo el tiempo hasta que por casualidad se encontraron en la calle Llerena.
Fueron recibidos con mucho amor. Tío Gilberto reconoció a Oliver al memento y se saludaron y también a tía Gallega y enseguida hicieron un almuerzo conjunto, que según Oliver, estaba muy sabroso. Se quedaron como hasta las 3 de la tarde y a Oliver le gustó mucho conocer a Miguel también. Lástima que mi primo había tomado mucho la noche anterior en una party y estaba muy agotado, por lo que se tuvo que acostar.
Al regreso cogieron de nuevo la guagua, pero esta vez con más suerte, pudieron coger dos asientos y no les importó que la guagua se fuera llenando de nuevo hasta la asfixia. Según Oliver, eso en Cuba es para él divertido. Bueno a veces la gente suda mucho, pero no pasa nada. Aquí va pues un álbum con algunas fotos hechas al vuelo y con muy poca calidad. Espero que sea del disfrute.
según cuenta Oliver, Miguel tiene la computadora de nuevo chivada. Dice que es el disco duro y que por eso no ha podido escribir. Así que no nos queda más remedio que desistir por buen tiempo de las publicaciones de Miguel.
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