A veces es mejor no probar, así uno no se deja dominar por los placeres. Ayer nos tomamos las tres botellas de vino que habíamos traído de Winningen. Asamos nuestras carnes y las disfrutamos conjuntamente con el vino. Pero el vino blanco, el Weinhex, se acabó rápido, por desgracia para mí, le gustó a todo el mundo. Así que hoy no nos quedó más remedio que volver a la fuente. Nos fuimos a Winningen a comprar más vino. Esta vez me llevé a los suegros, mientras Romy se fue trabajar a casa de unos amigos nuestros, para ganarse un extra.
Pero las ocurrencias no vienen solas. Por el camino se nos ocurre comprar más carnes y verduras para asar y darnos estos antojos del paraíso. Hoy las temperaturas volvieron a subir, ya vamos por 29 grados y sol todo el día, con cielo despejado hasta no dar más. Más que ayer, hoy es el día ideal para la parrillada y el deguste del vino. Esta vez sí que va a alcanzar.
Así que hoy no se asuste si la inspiración literaria se acrecienta mucho más que ayer en estado nirvana. Ya recibirán mis creaciones pues esto es sólo una introducción a lo que hoy vendrá. Mientras tanto estamos de nuevo en el jardín tomando café y comiendo dulces, unos juegan de nuevo dominó alemán y otros escriben en una laptop para RF. La especificación del trabajo y los placeres está determinada de antemano.
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