viernes, 11 de marzo de 2011

Nuestros debates pendientes

Qué lástima que nuestra cultura del debate sea tan pobre. Fíjense que estoy hablando del “debate”, no del bate; o el bateo. Hace unos días inicié el Grupo de debates familiar con el fin de incentivar nuestra curiosidad por la búsqueda de un consenso en cuanto la conformación de nuestras historietas y anécdotas familiares, etc.

Me refiero a los dos tema que llevé a la palestra del Grupo: “Nuestro abuelo Pachú” y “Absuelvo a mi querida abuela Antonia”. Debido a que no recibí resonancia alguna, alguien que me contradijera y pusiera su prisma de ver las cosas a disposición, me empezó entonces un cierto cargo de mala conciencia, como si yo hubiese abierto una gaveta con muchas cucarachitas.

No creo que alguien, excepto Miguel, tenga problemas para entrar al Grupo, pues sé muy bien que las cuentas Hotmails de mis primas están activadas en Google. Bueno es cierto que Gladys empezó a entrar a la Internet ayer. Pero también le mandé copias a mi primo Miguel; aunque creo que no le mandé el segundo debate. No importa, el eco ha sido nulo. Yo pensé que estas historias de nuestros abuelos, contadas y recontadas a diario en nuestros hogares – como hacemos ahora nosotros con nuestros hijos con respecto a nuestros padres – podían ser un tema de algo interés histórico para nosotros y nuestros descendientes también.

Más sin embargo, aún albergo cierta esperanza en lo más recóndito de mi ser, de que alguien se digne a tocar el tema.

En caso del que el problema sea puramente técnico, entonces estoy aquí para hacer todo lo posible. Pero por favor, no dejemos escapar oportunidades que nunca más vendrán. Mientras más viejos y cansados estemos, menos deseos tendremos de tocar un teclado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario