martes, 29 de marzo de 2011

La llamada a Cuba

Ayer llamamos a Cuba. Mi hermana no estaba en casa, estaba para el mercado y Oliver estaba en casa de Chicho con su novia. Así que volví a llamar, esta vez a Chicho. Salió Oliver al teléfono y lo cogí de bobo. Me presenté como la Embajada de España en La Habana. Se lo creyó y enseguida mi hijo salió gritando: “Tío, tío, es la embajada de España…”. Después Chicho, cuando salió al teléfono, y yo le pregunté si era el señor González Betancourt, enseguida me reconoció y la risa fue estruendosa.

Oliver me contó que a mediados de semana salen para La Habana y que se encontrará con Miguel, creo que el fin de semana. Me alegro mucho de que se conozcan y mi primo reciba el cuaderno prometido. Lo que no entiendo es que Oliver tenga que viajar por Vía Azul y su novia con la otra guagua, la de los cubanos. Pensé que como Oliver tienen visado familiar puede hacer el viaje con los cubanos, pero no es así. Tampoco podrá dormir en casa de ningún familiar en La Habana y tendrá que alquilar una pensión u hotel. Mira que la vida es complicada en el trópico. Y yo que le cuento a la gente que allá vivimos con mucha sencillez.

Para La Habana salen también, pero hoy martes, mi hermana con Juan. Así que los camagüeyanos están todos para La Habana. Como dice la canción, que La Habana no aguanta más.

Así que ya saben, pronto tendremos noticias frescas de Cuba. Pienso que primero de nuestro primo Miguel y después de Oliver, con fotos y todo. No se pierdan algunos y otros no se hagan tan particulares.

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