Lo siento nuevamente, pero las circunstancias no me permiten ser modesto como quisiera. Creo que más bien los hechos pueden transformar radicalmente el carácter de una persona. Así ha pasado hoy conmigo, después de ganar contundentemente el campeonato de ajedrez relámpago de mi club de ajedrez. En fin, gané las 8 partidas del torneo, una detrás de la otra. ¡Increíble! ¡Primer jugador del Club que alcanza tal éxito!Para más veracidad, aquí va una instantánea que le hice al formulario de anotaciones de las partidas por rondas. Soy el último en la lista, porque llegué hasta un poco atrasado. Esperaban por mí, tenía que trabajar hasta las 8 de la noche. Aunque el jefe me permitió irme a las 7:45 horas, llegué con diez minutos de retraso.
Hubo hasta aquél que especuló sobre la posibilidad de doping por mi parte. Nadie lo creía, yo ganaba una partida detrás de la otra y lo hacía de manera espectacular. Ya no era solamente el favorito, ahora era el superfavorito después de las cuatro primeras rondas. Pronto, dentro de unos días, serán las premiaciones y ya me dijeron que si yo faltaba la fiesta no iba a resultar. Tengo que llevar una jaba para recoger los trofeos. Aunque a decir verdad, la copa de campeón en partidas relámpagos la tengo en casa desde el año pasado. Así que sigue en mi poder y esta vez con más motivos.
Disculpen por haberme desbocado aquí escribiendo tanta idolatría, pero no podría conciliar el sueño sin desbordarme así. Ya es pasada la medianoche y no hace siquiera una hora de haber ganado. No sé a ciencia cierta si pueda pegar un ojo esta noche. Espero me comprendan y no se pierdan la fotocopia del formulario. Se sentirán orgullosos de mí. Pero no piensen que os pueda olvidar, ahora que escalo la cima de la fama. Trataré de mantenerme humano.
Las fotos vienen más adelante. No tenía cámara digital para el momento y me mandarán las fotos por e-mail. No se desesperen con autógrafos. Este torneo va dedicado a mi sobrina Gladys por sus cumpleaños 18. En hora buena.
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