viernes, 11 de diciembre de 2009

Aniversario de tu muerte

Mi querida Madre:

El día no ha querido levantar y encima de eso estoy muy soñoliento. David se quedó dormido y su amigo, y compañero de trabajo, Sali, nos dio el “depié” a las cuatro de la madrugada.

Llevo días pensando en ti y en aquellos trágicos días en que te perdimos físicamente. Todavía no he podido conformarme con el hecho. Te sigo soñando siempre presente.

Oliver visitó tu tumba, yo no lo he podido hacer. Me trajo fotos. Al fin puedo ver el lugar donde “descansan tus restos”. ¡Vaya metáfora esa que desgarra nuevamente mi corazón! Veo que a pesar de todo y las fotos, sigo creyéndote y soñándote, sigo viendo como esperas por mí.
Mañana deben ser mis cumpleaños. Uno más sin tus felicitaciones. Mis amigos ya se anunciaron, dicen que vienen de todas maneras; aunque yo no esté para festejos. Alguien, o algunos, no quieren verme triste. Parece como si yo sirviera más para amenizar las fiestas.

Me he procurado una vela grande que se consume lentamente. La pondré en un rincón de casa y también virtualmente en nuestro Rincón familiar. Siento la necesidad de dedicarte mis pensamientos. Otros dirían oraciones. Todavía no acabo de comprender algunas cosas. Eso me dicen siempre.

Diciembre es en Alemania un mes interesante, unas veces bonito y otras muy triste. Afuera hace frío, los días son verdaderamente cortos y las noches increíblemente largas. Pero es el mes de nuestras fechas, unas alegres y otras tristes. También se anuncia la Navidad con sus fiestas tradicionales. Los seres humanos se acercan más. Nuevamente te extrañaré mucho. Para mí es un mes de intenso pensar, de repasos y de intenso soñar despierto. Son como días en trance.

Han pasado 14 años más sin vernos. A veces me pregunto cuantos más vendrán. La vida o Dios andarán probándonos y yo sin saberlo. Mientras tanto vivo cautivo en la ilusión de poder verte algún día.

Pienso que estos días serán difíciles para mí. Cada día soy más consciente de la responsabilidad de conservar tu memoria en lugar sagrado de mi corazón. Vivirás mientras piense en ti o viceversa. Eso me da una idea de la fuerza del amor. Se vive mientras haya alguien que no te ha olvidado. ¡Tú vives, mi Madre querida!

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