Marcha nórdica por la caída del Muro de Berlín

09.11.2013 Thomas y yo, un álbum en Flickr.

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Marcha nórdica por la Caída del Muro de Berlín
(es.wikipedia.org/wiki/Muro_de_Berl%C3%ADn)

24 años después de la caída del Muro de Berlín, Thomas y Raúl se van de caminata deportiva por los alrededores de Kadenbach. Cualquiera diría que 5 km para un día tan significativo no es nada. Está bien, pero una hora con un vecino tan agradable como Thomas es un momento transcendental. Caminamos con nuestros bastones, subimos y bajamos lomas, andamos por estrechos senderos, hicimos resonar nuestros bastones de marcha nórdica en el asfalto de algunos caminos, cruzamos arroyos y caminamos apresurados y deportivamente bajo frondosos árboles del verano, ahora con sus hojas sobre la tierra, y conversamos animadamente como en los viejos tiempos. Solamente se necesita una hora, no más. El tiempo es suficiente para reafirmar lazos y cultivar un sentimiento imperecedero, la amistad.

Un día como hoy, 24 años atrás, Raúl y su familia alemana vivían momentos convulsos en la ex RDA. Corría el otoño de 1989, ahora más agitado en las calles, pero nadie sabía que ese mismo día caería la primera frontera entra las dos Alemania, la más significativa, el Muro de protección antifascista, una ironía de la vida. Era el muro que oprimía al pueblo alemán, que desunía a la humanidad, que separaba padres e hijos, hermanos, familiares, amigos. Ahora ya ese pasado es historia, pero cada 9 de noviembre se nos antoja recordarlo como el día del comienzo de la liberta. Porque un mes y medio más tarde, más exactamente el 21 de diciembre, exactamente 5 años de la llegada de Raúl a la ex RDA, Raúl se marchaba para siempre de su tierra, aunque indirectamente, pero se iba con pocos equipajes para la RFA.