Algo significativo y que no debo pasar por alto es que mi hermano ha esperado 54 años para graduarse de español. Pensamos que sean sus últimos estudios, aunque sabemos lo difícil que se hace en Cuba hablar en la segunda persona del plural; y de dominarse se correría el riesgo de autoindentificarse como un quiero-ser-gallego. No obstante, mi hermano ha logrado ascender en el eslabón internacional, dando sus primeros pasos hacia lo desconocido. De seguro que todavía no domina una sola estrofa del himno español. No importa, andando se hace el camino. Eso sí, a partir de ahora no habrá que desbrozar malezas o senderos no trillados.
Mi hermano querido, te deseo de todo corazón que alcance nuevos éxitos y que conserves en ello tu juventud y tu salud. Nosotros estaremos atentos a cada paso tuyo, como el bebé que llega al mundo y busca orientarse. Por hoy te felicitamos fraternalmente y te deseamos muchas alegrías, regalos, y si te portas bien, pues quien sabe “vas a coger cajita”.
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