miércoles, 28 de octubre de 2009

Octavo día de Oli en Cuba

Según se cuenta en Camagüey, nuestro hijo es ya más bullero que cualquiera de mis hermanos y familiares. De pasarse una temporada más larga en Cuba, le cogería adelante a Pepe, el más escandaloso de nuestros familiares. Dicen mi hermana y mis sobrinas, que Oli le da el “de pié” a la familia todos los días por la mañana, con bulla y abriendo puertas y ventanas. Se mete en la cama de mis sobrinas y hermanos y no deja dormir a nadie. Mi hermana ya dice que Oli tiene los mismos gestos míos y mis bromas. No faltaba más, yo que pensé que el conserje me la debía.

Hay muchas cosas nuevas que contar y el tiempo desespera. Cuando se espera mucho el tiempo se pone como la leche condensada, bien espeso y va pasando lentamente, se torna pegajoso. Oli ha visitado a muchos de nuestros familiares, pero todavía no sabemos a quienes. Esperemos a las fotos y las anécdotas que nos cuente cuando llegue el martes 3 de noviembre. No falta mucho, solamente una eternidad.

Pero el tiempo no ha pasado en vano. Ya mis sobrinas Gladys y Elisabeth están aprendiendo alemán. Werner y Stephan le regalaron un curso de aprendizaje autodidacta y Oli las repasa a diario. Todo parece indicar que lo que hubo una vez entre G&S vuelve a renacer. Hay motivación y de todo un poco. De seguir la cosa así, pronto podré ver a mi sobrina aquí. Eso sería la sorpresa más grande para el año 2010. Pero bueno, todo no es más que especulaciones bien intencionadas.

Por lo pronto nos preparamos para la visita de César y Sonia, quienes llegan a Kadenbach también el martes 3 de noviembre; o sea el mismo día que Oli. Los tíos nos visitan procedente de Italia, donde han estado unos días, después que llegaran desde Puerto Rico. Este fin de año parece estar preñado de muchos encuentros inesperados.

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