viernes, 7 de diciembre de 2012

Reflexiones para mi padre en el cuaderno impreso Tomo 1

Reflexiones para mi padre

Esta es mi dedicatoria de este cuaderno a mi querido padre. Quiero reflexionar aquí por ti y para ti. Por ti, porque sé muy bien que a tu edad y con tus enfermedades reflexionar se te hace difícil; pero también porque aprovecho la circunstancia de tu impedimento para aunque sea por una vez en la vida creerme más inteligente que tú y tener la razón en todo. ¡Lo aprendí de ti! Para ti, porque a pesar del poco tiempo que me dedicaste en tu vida, te quiero con carajo y puedo y quiero valorar todo lo que has hecho por nosotros tus hijos a lo largo de tu vida.

Qué sentido tiene la vida

Pienso que ya la pregunta en si mismo es incorrecta. Creo que sería más acertado agregarle a la pregunta el objeto que recibe la acción, o sea para quién; porque la vida tiene el sentido que nosotros le demos. Y dar sentido no es buscarlo en el horizonte, recibirlo de alguien o comprarlo en algún lugar. Pero dar con el sentido de la vida es un arte que requiere saber quienes somos, algo que a veces no nos resulta cuando dirigimos equivocadamente nuestra atención solamente a la vida exterior. La vida moderna nos aleja cada vez más de nuestro centro, o mejor dicho de nuestra alma. Es por eso que para muchos nos resulta difícil estar a solas con nosotros mismos, sin saber como ser felices; que es lo mismo que aceptarnos como somos y dirigir todos nuestros esfuerzos a hacer todo aquello que esté en correspondencia con nuestras necesidades personales.

Pero bueno, yo sé que tú sabes que yo sé que tú sabes que todo eso es así y que no te enseño nada nuevo sobre el tema. No obstante, y por empercudida testarudez gallega (nos viene del gene de la testarudez), pienso que debo mencionarlo por si las moscas.

 

Vivir el día actual

 

Querer tratar el tema del sentido de la vida en estas cuartillas puede que se vea como una pérdida de tiempo. Somos mortales y nos encontramos atrapados temporalmente en este mundo; o como yo le llamo por su peligrosidad, en esta matrix. No nos queda más remedio que convertir nuestra efímera existencia en un hecho agradable. Hay que disfrutar el día que nos toca vivir – carpe diem.

 

Mientras te escribo sobre el sentido de la vida y pienso en esa idea del carpe diem y me siento consciente de mi momento actual – algo mejor que el tuyo circunstancialmente y que es por eso que escribo tan optimista – no quiero dejar flotando en el aire la idea de que la vida es una party y lo mejor es disfrutarla al máximo todo el tiempo, como los bebedores de bares a la espera de una buena hembra y una buena noche. No, la vida es mucho más y también mucho más complicada. Lo malo del caso es que nosotros la complicamos mucho más con nuestra programación sentimental, ese software que nos programan en el celebro y el alma nuestros padres y

demás adultos durante la niñez y la adolescencia y que nosotros no logramos revalorizar después en la etapa adulta, que es cuando nos creemos ya aptos para tomar nuestras vidas en nuestras manos.

“Free Your Mind and Your Ass will Follow”

 

Libera tu mente y tu culo te seguirá a todas partes, porque el reino de los cielos está en ti. Abre tu mente y podrás volar... (Creo que viene de una canción)

 

Pero esto tampoco le dará sentido a nuestras vidas. Pienso que es la fragilidad de la vida misma, y también de las cosas que nos rodean, la que nos hacen consciente del imperativo de darle sentido a la vida. En primer lugar, y creo que como única solución, está la capacidad de amar que tengamos como seres humanos. Eso pienso, que es el amor la llave que le da sentido a la vida y nos salva de la sinsentido de la vida. El amor en sus diferentes formas es la salvación y es lo que hace la vida digna de ser vivida. Todo lo demás es una trampa de necesidades de subsistencias fisiológicas o culturales, según la jerarquía de las necesidades físicas o espirituales. Si nuestras actividades no van a la par con el amor, la vida no tiene sentido. Estas palabras que te escribo aquí unas detrás de las otras, sin el amor no tendrían sentido. Tú me amas como padre y yo te amo como hijo. Eso ya es suficiente para empezar por allí.

 

Hoy tú y mañana nosotros

 

Sin embargo, para darle sentido a la vida no se necesita ser muy inteligente. No malgastar el tiempo, no vivir la vida de los demás, etc. Porque cuando se vive una vida auténtica, con amor, alegría, inteligencia y firmeza, entonces la vida adquiere su sentido especial y pienso que esa ha sido tu vida.

 

Llegar a los 85 años de edad es en nuestra familia es un record que tú nos ha impuesto, con valentía y perseverancia. En este caso hablo de los González Betancourt. Sé que para cualquier joven es fácil catalogar tu edad de “bella edad”, porque no se sufren tus achaques. Todos queremos llegar a viejo, pero nadie quiere ser viejo. Eso sí, ya tú puedes decir que has llegado allí, aunque por lo que veo la bola pica y se extiende. Nosotros todavía tenemos que luchar para superar tu record y encima de eso con la guardia en alto, como tú. No importa que el guamo te patine de vez en cuando, pues tu vida ha sido digna y llena de amores valiosos. Has tenido a tu lado el bello amor de mi madre y el de mi hermana. No podrás quejarte. Puede que te hayas corrido alguna vez, pero sin testigos testimoniales eso no tiene validez.

 

Sé que estas palabras mías, por muy bellas que sean, no podrán nunca mitigar el dolor de la pérdida de tu querida esposa, de nuestra madre inolvidable. Pero ahora nos toca a nosotros saber vivir la vida como tú lo has hecho, darle ese sentido necesario a la misma y comprender tu dolor, tus achaques y tu constancia, como un ejemplo de valor y firmeza para nosotros sin precedentes, cuando hay que imponerse a las penas de la vida; con la frente en alto, dignamente y sin mucho espavientos. Ese es el gran mensaje que tú nos trasmites y que dejará un legado en la familia. Siempre fuiste ejemplo para nosotros de integridad, de entereza y de discernimiento de verdaderos valores morales. Esa es la base que tú nos diste, la cual se enlaza muy bien con el amor incondicional de nuestra madre; conformando en nosotros una familia verdadera. Me siento orgulloso de un padre así como tú y siempre quise ser como tú.

 

Bueno ya sabes, estás en el invierno de tu vida y sabemos que asumirás con mucho coraje todas las eventualidades. Yo particularmente te deseo lo mejor y nunca te olvidaré. Te quiero mucho.

 

Tu hijo Raúl

Kadenbach, 07 de diciembre de 2012

i.v
viceversa
Mario Benedetti

Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte

tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte

tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte

o sea
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa

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