Aquí prólogo que va en el cuaderno de RF a dos tomos

Prólogo

Has comenzado la lectura de este cuaderno familiar, adentrándote en el maravilloso mundo de aventuras de los primos Betancourts, los primos internacionales de la familia. La red social de los Betancourts, apoyada en su plataforma principal de interacción del blog “Rincón familiar”, es una red de tus familiares que pretende mantener los lasos de parentesco que nos unen, nutridos de los recuerdos y las vivencias compartidas, con nuestras raíces en Cuba. Si además de lector interesado, tienes la dicha de pertenecer a esta bella y curiosa familia, entonces es posible que te traslades por unos minutos a este mundo de nuestras distantes vidas y encuentres muchas cosas comunes que nos unen y nos identifican.

Gracias a nuestros abuelos, padres y tíos, que nos educaron en el cariño y la unidad familiar, es que hoy podemos mantenernos unidos y comunicados, salvando distancias inmensas y horarios muy diversos.

Mientras Carlitos en Ucrania se encuentra desayunando, el despertador de Raúl le da el “De pie” en el nuevo día, el día anterior Miguel en Cuba hace unos minutos se acaba de acostar, Reyna en México está cenando y Gladys en Houston está viendo la televisión. Vivimos al ritmo de otros usos horarios y tradiciones culturales; pero nos mantenemos en línea.

Ya vamos para abuelos y no podemos acordarnos de los temas que conversábamos en nuestra juventud en Cuba. Pero si alguien nos hubiese dicho hace unos 30 años atrás que un buen día viviríamos en diferentes países y crearíamos nuestras familias allí, lo más posible es que nos hubiese dado un ataque de risa de horas.

Regamos nuestro genoma desde el México azteca, pasando por el Houston americano, doblamos a la derecha e intoxicamos a los alemanes, para terminar cagándola en Ucrania. ¡Sí, parece un hecho inverosímil, lo sé! No te asustes entonces si llegas a tener un primito que se llame Wladimir Ilich González Lenin, por ejemplo; la culpa la tiene Chicho.

Cuando leas las anécdotas de Agelina en Housto, o las de David en Alemania o las del mini Wladimir Ilich en Ucrania, pensarás que el mundo se ha vuelto Betancourt o González. Es verdad, no importa que unos se llamen Betancourt dos veces y los otros dos veces González (véase Carlitos). Es el círculo vicioso de los Betancourts y los Gonzálezs, haciendo de las suyas; son los genes intranquilos de nuestros ancestros que siguen jodiendo la pita.

Eso sí, no dejes que el manto del olvido caiga sobre nuestras vidas y nos mate el cariño y la curiosidad. Un Betancourt o un González siempre tienen que buscar el contacto jodedor con sus familiares. Así que no lo pienses mucho y comienza tu cuaderno y mándalo a vuelta de correo con Oliver o con David. ¡Nadie lo leerá! Mentira, nosotros lo devoraremos con increíble interés y lo conservaremos como un documento de gran valor familiar que testificará tu locura de remate y probará que llevas nuestro genoma. Sería muy triste llegar un día a Cuba sin saber que tenemos nuevos primos, sobrinos y familiares lejanos en nuestras familias, todos becados en Mazorra. Un Betancourt o un González de sangre pura no pueden permitir eso.

José Raúl González Betancourt

Kadenbach, 30 de noviembre de 2012