He visto muchas fotos de Acapulco. Con algunas me quedé inconforme, estaban muy reducidas. Parece que mi prima las redujo para mandarlas para Cuba y así me las mandó también. Pero lo que más siento es que padezcan del mal Sincomentarios, eso es muy duro. Parece que mi prima no se puede imaginar nuestra nostalgia, la sed de saber más de nuestros familiares, con los que guardamos una memoria histórica familiar. En este caso ni los buenos ejemplos ayudan. Recuerdo que cuando estuve en Hungría puse álbumes todos los días y en casi cada foto puse su comentario. Lo hacía a pesar de que tenía siempre la impresión que nadie se molestaría en leerlos, no ya de ver las fotos. Los feedback fueron pocos, casi nulos.
Ahora la historia se repite. Mi prima pone fotos de Acapulco con nuestros tíos y no se suceden comentarios. Me da el pálpito que detrás del telón – no que no puedo percibir tampoco virtualmente – existe una correspondencia paralela entre mis primas y que por eso lo mío no es más que una impresión personal. Me gustaría que interactuáramos más, de ser posible, ya sé que habrá sus quejas de falta de tiempo; pero el interés por algo o alguien, cuando no es suficientemente satisfecho, se desvía hacia la indiferencia. Espero no caer en ese bache.
Besos, Raulito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario