jueves, 16 de junio de 2011

Aquí por fin el detalle

detalleRetomando el detalle anoche. Bueno primero quiero pedir disculpas por la intriga que causé. Lo digo ciertamente porque me han llegado algunos mail pidiendo cuentas. Así que no me queda más remedio que volver al detalle.

La historia es simple, pero tiene sus recovecos; algunos espirituales y otros técnicos, o viceversa. Bueno digo técnico porque hubo un recodo cerrado que fue técnico y fue el que me dejó botado. Pero no fue el que provocó el anuncio. Anoche, ya en la cama, se me ocurre poner el mensaje en mente en RF. Esto es ya una prueba que mis últimos pensamientos al acabar el día son también con respecto a nuestra cofradía. Cierro el día preguntándome: ¿te quieren todavía tus primos? ¿Escribió Gladys, Reyna, Miguel, Mary…? Y siento mucho darme cuenta que muchas veces la respuesta es negativa. Y así los días. Dichoso el día en que mis primas se acuerdan de nosotros – me refiero a los primos desperdigados y que somos todos los integrantes de este foro – y conciliar el sueño es una dulzura.

Pues bien, como decía; digo escribía, resulta que al primer pensamiento le sucede el segundo y así unos tras otros hasta que me quedo en el limbo y despierto atolondrado y desorientado por las mañanas. Anoche el segundo pensamiento me llevó al detalle de los detalles. Resulta que soy un fanático suicida de los detalles cotidianos. Una nota sobre la repisa del closet, el alféizar, sujeta a la puerta del refrigerador, pegada con cinta adhesiva sobre un objeto, etc., es algo que llama mucho mi atención y me cautiva. Pienso que a muchos de ustedes les pasa también. A mí me pone sentimental y empiezo a hurgar en los recuerdos. En cada esquina de mi alma hay una de esas notas pequeñas, pegada allí con la pegatina de la memoria.

Anoche quise entonces desbordarme con ustedes por esos afluentes y busqué en mis recuerdos y en las gavetas de mis álbumes de Picasa, en Google. Fui a mi álbum de los detalles. Este tiene muchas fotos de un día de ataques melancólicos en que fui por casa haciendo fotos macros de cuantos detalles se me aparecían en el camino. Esto lo hago cuando la casa está vacía y se me echa encima; como decía mi querida Mami siempre. Fueron muchos y cada uno de ellos dejó sus huellas en mi alma. Por eso de vez en cuando paso por allí a cerciorarme de mi existencia subjetiva, que es también parte de mi identidad. Entre muchos detalles encontré uno que no me dejaría conciliar después el sueño por mucho tiempo. Es esa nota de mi querida esposa, escrita como sólo ella sabe hacerlo, con sus letras únicas de puño y al lado el caramelito, la unidad de cariño para empezar un buen día. Allí, en la nota, ella me invita a la piscina termal de Bad Ems. Es un detalle decorado a la vez con otros detalles; como se puede ver, la pegatina del angelito al final de la nota, no ya del caramelito que ella sabe que me gustará también.

Pues bien, a estos detalles quería referirme ayer cuando me atreví con celular. Era una nota efímera, pues esta imagen de la nota lo diría todo. Nada, casi al final, cuando ya me disponía a publicar la entrada, mi dedo índice, muy gordo y rudo para el teclado androide de mi Nexus, estropeó la creación. Podía haberla dictado, pero que va, despertaría a Romy. Así que no me quedó más remedio que dejar la intriga en el éter y enmendar la torpeza al otro día. Entonces va aquí hoy la publicación.

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