En Alcossebre se nos ha muerto una amiga. Bienaventurados los que se marcha, aunque no para siempre, pues siguen vivos en nuestros corazones; como aquel dicho japonés que dice que una persona muere verdaderamente cuando dejamos de pensar en ella. Más sin embargo ahora pienso mucho en mi amigo, en su dolor, en su soledad insoportable, en uno de los momentos más difíciles de la vida, cuando perdemos repentinamente a una persona muy querida, a la compañera de nuestra vida, es una parte de nosotros que muere.
Cómo encontrar consuelo, cómo sobrellevar el dolor, cómo hacerlo más humano y soportable. No hayo respuestas y no podré consolar a mi amigo, que se bate en el dolor, destrozado espiritualmente, y nosotros muy lejos sin poder hacer nada por él. Podría decirle a mi amigo que al irse ella primero, así él le evito a ella el dolor de su muerte. Podría decirle también que en el sufrimiento sentirá la grandeza de su amor hacia ella y que esa tristeza es parte de la vida, como lo es el dolor y la presencia insoportable de la soledad. Pero sé que eso no le aliviará el dolor, sé que nada de lo que pueda decirle ahora podrá consolarlo.
Pienso entonces que es preferible guardar un poco de silencio, esperar a que mi amigo haya aunado fuerzas para reconocer lo que pasa en su entorno. Esperaré a que pase el tiempo, que si bien el mismo no cura completamente las heridas del alma, al menos mitiga un poco el dolor. Nada que yo haga podrá sacarlo del sufrimiento ahora y tampoco es mi intención ni es lo más acertado. Sufrir es haber amado y amar es reservar para siempre un lugar sagrado en nuestro corazón al ser querido, pero sobre todo al que se va físicamente para siempre.
Amigo, hermano, sé que leerás esto algún día, mucho más adelante, cuando las lágrimas y el dolor te dejen las fuerzas necesarias para seguir luchando, cuando la vida te exija levantarte y seguir hacia adelante, cuando tus amigos te exijamos tu compañía nuevamente; para entonces quiero decirte que sufrimos junto a ti el dolor inmenso que te invade, que nos deseamos todo el tiempo compartirlo contigo, hacerlo más humano, más comprensible, aunque sea algo imposible, sin explicaciones. Quiera Dios que tengas las fuerzas suficientes para cargar con tu dolor y aceptes nuestro apoyo.
Como bien dices Rauly las personas que amamos y queremos aunque ya no estan mas a nuestro lado la mantenemos en nuestros corazones. Permita Dios que encuentre esta familia las fuerzas y el consuelo de Dios para seguir adelante y recordarla con carino.
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