La primavera 2010 parece que va a ser una de las más bonitas desde que vivo en Kadenbach. Todos los pronósticos validan esta afirmación. El invierno fue lo suficientemente crudo como para acentuar aún más el cambio estacional. El fin de semana pasado tuvimos buenas temperaturas. Este fin de semana hubo un mejoramiento significativo y no pudimos resistirnos a la tentación de disfrutar una de las costumbres europeas más extendidas, el asado de carnes y la cena en el jardín de casa.
Oliver vino en bicicleta desde Vallendar y lo invitamos a cenar con nosotros. Una ocasión que aprovecha nuestro hijo mayor para ejercitarse en el español. Lástima que David no estuviera entre nosotros este sábado tan bonito. Él está junto a su novia Nina, su enfermera del momento. Después de su accidente ayer viernes, tiene una pierna enyesada y parece que eso no le molesta. Ahora está en casa de Nina y se deja atender en todos los sentidos. El amor es algo bonito.
No se pierdan pues las fotos del álbum.
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