Excursión a la Fortaleza de Ehrenbreitstein

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A pesar de las inclemencias del tiempo, pero la delegación alemana-cubano-portorriqueña cumplió hoy con su plan de visitar la Fortaleza de Ehrenbreitstein. La Fortaleza de Ehrenbreitstein o Festung Ehrenbreitstein es una fortaleza construida en el siglo XVI que se encuentra en desembocadura del Mosela en la orilla opuesta a Coblenza.

Desde la fortaleza se puede divisar muy bien la Esquina Alemana, véase fotos del álbum. Hacia allí nos dirigimos. La Esquina Alemana es el punto de confluencia de los ríos Mosela y Rin. En este lugar se encuentra la estatua del emperador Guillermo. César adquirió en un kiosco, después de extendidas y profundas negociaciones, una jarra de cerveza de cerámica artesanal, decorada con emblemas de Coblenza.

El tercer lugar de visita fue la calle de comercio bajo techo Löhr-Center de Coblenza. Fue necesario, pues la pertinaz llovizna y el viento, nos habían calado los huesos. Aquí encontramos calorcito. César nos invitó a almorzar en un distinguido restaurante de la ciudad, llamado Dubrovnik. Fue un momento inolvidable. Véanse las fotos del álbum con la iglesia al fondo.
El postre se efectuó en el Löhr-Center. Nos decidimos por el helado italiano, el cual fuimos saboreando como buenos turistas, paseando y sin prisa por la calle comercial, mirando tiendas y atracciones. Con el objetivo de visitar el casco histórico de Coblenza, partimos en coche hacia el lugar indicado. Nuestros visitantes fueron muy modestos y nos permitieron interrumpir la visita, pues era la hora del muy conocido Rush Hour, o sea tráfico en la hora pico. Así nos dirigimos al suburbio sur de la ciudad, pasando por el edificio donde trabaja Romy y más adelante la Plaza de San José, donde está el hogar para la tercera edad, lugar de trabajo de Raúl.

En casa ya nos esperaban nuestros hijos y los suegros. Con toda familia en la sala, llevamos a cabo la noche cubana con una exposición de fotos de la galería de Oliver, de sus fotos inéditas traídas de Cuba. Ver nuestro barrio de Previsora en Camagüey, a nuestra gente, el familión, los lugares queridos, el azul inconfundible de nuestro cielo patrio, y otras cosas más, desencadenaron no sólo conversaciones profundas y amenas, sino también una mezcla de sentimientos nostálgicos y de felicidad y tristeza. Había de todo. Estábamos muy lejos físicamente de Cuba, pero a la vez nuestra alma seguía presa de la magia caribeña.

Para más información, pasar por las oficinas de la secretaría central de Rincón familiar o dirigirse al álbum adjunto, al final del pasillo, a la derecha. Muchas gracias.