Desde el 31 de diciembre hasta ayer 5 de enero de 2013 he hecho varios intentos de comunicarme con mis primas en México y Houston. El teléfono de Reyna da timbre hasta el cansancio y nadie lo coge; ni la contestadora que parece está de vacaciones. He llamado en varios horarios y nada. El teléfono de mi prima Gladys en Houston da timbre solamente una vez y después sale un contestadora burruchaga hablando un jerigonza en inglés y que deja unas náuseas irresistibles. Como plan B me quedaba entonces llamar a mi tocayo Raúl, pero sin resultados positivos; también sale una contestona, aunque a los varios timbres. Al jefe departamento de Reyna, a mi primo Leonardo, le mandé un SMS avisando del interés por comunicar y conversar cosas sin sentidos y no recibo respuestas hasta hoy, 6 de enero, día de los Reyes Magos en Cuba, 13:50 horas loca de Europa central.
Por tales motivos y en vista de los frustrados intentos, además de mis poderes para contener mis intentos y motivaciones personales, me decido a darme por derrotado y a no molestarme más a mí mismo; independientemente de los trastornos neurológicos que eso pueda causar en mi autoestima y extremidades. Sin más y con un cariño irresistible hacia mis primas, no me queda más remedio que dejar este cartuchito frente a la puerta, me quedo a la deriva hasta avistar nuevas costas.
R. González
PS. Por si las moscas he lanzado una botella con el mismo mensaje al río Rin, el cual debe desembocar en el mar por alguna parte.
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